El Día Internacional de Lucha contra el Paludismo se celebra cada año el 25 de abril. Este día tiene como objetivo sensibilizar a la población mundial sobre la importancia de prevenir y tratar el paludismo, también conocido como malaria. El informe 2022 de la Organización Mundial de la Salud estima que, en 2021, 619.000 personas murieron de esta enfermedad en todo el mundo, en comparación con las 625.000 víctimas en el primer año de la pandemia. En 2019, antes de que estallara la pandemia, el número de defunciones fue de 568.000. Los casos de paludismo siguieron aumentando entre 2020 y 2021, aunque a un ritmo menor que entre 2019 y El cómputo mundial de casos de paludismo alcanzó los 247 millones en 2021, por 245 millones en 2020 y 232 millones en 2019.
En nuestro país, desde el 2012 solo se registran casos importados, en promedio de 6 a 7 por año, siendo el 84% viajeros. Esta enfermedad fue considerada uno de los grandes problemas de salud pública en la década de los 60, afectando a gran parte del territorio nacional.
El paludismo es causado por el parásito Plasmodium que se transmite a los seres humanos a través de la picadura de mosquitos Anopheles infectados. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y sudores nocturnos. Si no se trata, el paludismo puede causar complicaciones graves, como anemia severa, insuficiencia renal y daño cerebral.
La prevención del paludismo es fundamental para reducir la carga de la enfermedad. Las medidas de prevención incluyen el uso de mosquiteros tratados con insecticida, la eliminación de criaderos de mosquitos, la fumigación de hogares y la administración de medicamentos preventivos a personas en riesgo.
También es importante mejorar las condiciones de vida de las personas, como la provisión de agua potable y la eliminación de la pobreza, que pueden aumentar la susceptibilidad de las personas al paludismo.
Para abordar esta situación, se necesita una acción coordinada a nivel internacional. Los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil deben trabajar juntos para proporcionar los recursos necesarios para prevenir y tratar el paludismo. También es importante invertir en investigación y desarrollo de nuevas herramientas para prevenir y tratar la enfermedad.
La prevención y el tratamiento efectivos del paludismo no solo salvan vidas, sino que también son fundamentales para el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza en las comunidades más vulnerables.